VALENCIA, 4 DIC. (AVAN).- Un nuevo estudio desarrollado por el catedrático de la Universitat Politècnica de València (UPV), Gabriel Songel, sobre el Santo Cáliz de la Catedral de Valencia vincula la reliquia con la corona de Aragón. El estudio apunta a que el adorno del Grial -que recubre la copa palestina de ágata datada arqueológicamente en el siglo I antes de Cristo- pudo haber sido compuesto, tal y como lo conocemos en la actualidad, entre el principio del siglo XI y los comienzos del siglo XII.
“Un análisis comparativo de los diferentes elementos del Cáliz y de lo que parecían simples adornos de la época medieval ha permitido descubrir todo un discurso iconográfico perfectamente relacionado en el que ningún detalle se deja al azar”, ha destacado Gabriel Songel.
En julio del año pasado, el catedrático e investigador de la UPV explicó el patrón que enmarcaba la reliquia y cómo la inscripción existente en su base podría ser una imagen especular de un texto en hebreo. En este nuevo estudio que ahora se publica el autor sigue manteniendo que puede ser hebreo pero explica que “puede tratarse de un juego de transliteraciones, es decir, que se representan los signos de un sistema de escritura mediante los signos de otro”.
Tal como ha precisado el catedrático, “se da la circunstancia de que el rey aragonés Pedro I firmaba en árabe con una transliteración de su nombre” y esta pista fue la que llevó al investigador a indagar sobre la dinastía navarro-aragonesa y la iconografía que les acompañó durante siglos, lo que le permitió descubrir “el repertorio de signos de la dinastía aragonesa reflejados en el Santo Cáliz”.
Según Songel, la cenefa del nodo del Santo Cáliz es “realmente algo especial ya que no es una lacería convencional ni se trata de un dibujo sinfín, está formado por un ocho de dos hexágonos intercalados por el nudo de Salomón expandido”. Un primer análisis comparativo de estas formas con otros signos generados en la época de este rey “nos lleva a los documentos notariales, donde encontramos primero la firma del rey Sancho Ramírez, un documento notarial de Pedro I con la firma del notario con un nudo de Salomón, y otro documento vinculado al Obispo Ricardo de Huesca con una síntesis de ambos signos”.
Este análisis “solo demostraría que esos signos ya eran conocidos y usados en la época de ambos reyes, pero de alguna forma, apunta a que los reyes, como patrocinadores, quisieron dejar el rastro de la dinastía en la reliquia”, ha explicado el investigador.
El diseño de las ramas en las monedas coincide con las asas del Cáliz
Asimismo, extendiendo el estudio comparativo con otros objetos de la época de estos reyes aragoneses, el análisis del profesor Songel repara en un signo identificador “tan determinante como las monedas que acuñaban dichos monarcas”. En ellas, se encuentra el símbolo de la rama, con la vara y la cruz en el extremo. Esta iconografía, según varios autores estudiados por el catedrático Songel, remite al símbolo del tronco de Jesé, “emulando al poder de la realeza con la divinidad y origen de Jesucristo, según el salmo de Isaías. Lo sorprendente es la coincidencia del diseño de las curvas de las ramas con las asas del Santo Cáliz”, ha añadido.
De su estudio, destaca también la presencia en la base de la copa, asas y vástago del tronco de Jesé, ampliamente representado en el siglo XII y que se relaciona con el árbol genealógico de Jesucristo y la idea de eternidad manifestada con los ochos entrelazados.
“Mientras, la búsqueda del sentido simbólico viene dado por el salmo de Isaías que habla del tronco de Jesé como el origen de Jesucristo. La forma para representar tal simbología se fundamenta en otro símbolo de poder conocido por el pueblo como es la moneda acuñada durante los reinados aragoneses, de forma que se facilitaba la relación de imágenes entre la venida de Jesucristo y su muerte para la salvación a través de la Eucaristía”, ha subrayado.
Para el profesor Songel, estos nuevos hallazgos demuestran la vinculación de la dinastía navarro-aragonesa en la definición formal y simbólica del Santo Cáliz, “coincidente con la implantación del rito romano y la vinculación con el Vaticano como apertura hacia el extranjero para el reconocimiento y apoyo frente a los reinos castellano leonés y reinos taifas”.
Además, las dataciones cruzadas de las monedas, los documentos notariales y las pinturas investigadas indican que el Santo Cáliz “pudo haberse compuesto, tal y como lo conocemos en la actualidad, entre el reinado de Sancho Ramírez (1064) y los de sus hijos Pedro I, Alfonso I el Batallador y Ramiro II el Monje (1137)”.
Este estudio, cuya investigación ha sido realizada por Songel durante el último año, supone una continuación respecto al anterior, que vio la luz en 2016, ha sido publicado en el último número de la revista “Archivo de Arte Valenciano”, editada por la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos. (AVAN)